SER MUJER, SUFRIR VIOLENCIA Y ESTAR SIN HOGAR
En la vida de las mujeres con las que trabajamos se cruzan factores que derivan en una triple discriminación que todas comparten: ser mujer, estar en riesgo o en situación de exclusión social y haber sufrido distintos tipos de violencias. Estos tres factores se convierten en una triple barrera que todavía se acrecienta más cuando miramos en concreto sus trayectorias, sus necesidades complejas: traumas derivados de la violencia, respuestas ante dicha violencia como pueden ser las adicciones o los problemas de salud mental, la carencia de apoyos y de red social y familiar, el gran deterioro de la salud, un autoconcepto negativo y un largo etcétera.
SUPERVIVIENTES
Y aún en esta situación, con todas esas necesidades y dificultades, estas mujeres tienen una gran fortaleza que las empuja a seguir luchando, mejorando sus vidas y aprovechando como nadie las escasas oportunidades a las que tienen acceso. Tienen grandes potencialidades, una capacidad de resiliencia enorme y todas las ganas de salir adelante. Son grandes supervivientes.
LAS FORMAS OCULTAS
Los datos oficiales hablan de que las mujeres en situación de sin hogar son apenas un 15 – 20% del total de las personas que están en situación de sin hogar. Sin embargo, todos los estudios muestran que la pobreza afecta en mayor medida a las mujeres. Esta situación, que parece contradictoria, se explica porque las herramientas con las que se mide el sinhogarismo carecen de perspectiva de género y porque son muchas las situaciones invisibles de sinhogarismo en que se encuentran las mujeres, y que no se cuantifican.
- Algunos tipos de vivienda inadecuada (vivir en entornos sufriendo violencia de género)
- Situaciones de alto riesgo para las mujeres: de explotación sexual en calle o en lugares donde las mujeres son prostituidas; de explotación laboral y en ocasiones también de violencia, especialmente en el caso de mujeres que trabajan como internas o al cuidado de hombres mayores.
- En situaciones donde se les cede un espacio para vivir donde están expuestas a sufrir violencia y a que se limiten sus movimientos.
- Algunos tipos de vivienda insegura (amenaza de desahucio por impago de alquiler/hipoteca)
UNA VIVENCIA DIFERENTE
Las violencias y la exclusión social y residencial severa tiene, en hombres y mujeres, consecuencias devastadoras pero las causas y las vivencias son diferentes.
- Todas las mujeres que están sin hogar han sufrido y sufren violencias.
- Para el 67% de ellas, las violencias machistas están entre las causas de su situación de sin hogar.
- El 50% de las mujeres que están sin hogar han intentado suicidarse.
- El 50% tienen al menos una enfermedad crónica o grave.
- Es muy alta la prevalencia de depresión y ansiedad entre ellas.
- El 47% de estas mujeres consume sedantes a diario.
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